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“Estamos
juntos. No importa que no te llame, no importa ninguna espera. Da igual los
malos modos o los despertares abruptos desconsiderados. Lo importante es que estamos
juntos. Y no necesitamos papeles ni promesas. En resumen, esto es un Todo que
no recurre a palabras ni acciones ni deberes. Un deseo de compartir el instante
del tiempo”
Y con esas palabras dejó
caer su mejilla en mi hombro, sin complejos ni complicaciones. Así de simple
era aquello que sentíamos.