Desván Desastre: 1/4/10

jueves, 22 de abril de 2010

La rúbrica del llanto



La rúbrica del llanto es un brillo ausente que se hace espacio entre las paredes ocres del día. Un pasillo que se oscurece al paso, una inmersión en la parte oscura del alma donde ésta se debate entre el regocijarse o el salir corriendo. Hay llantos que duran unas horas, llantos que limpian engranajes oxidados, que nos conducen a la salida correcta; otros duran toda la vida...


A veces te veo descansando en las columnas de tu catedral triste, de tus días de lluvia continua, de tus ojos nublados por siempre. Y a veces, cómo esas, me llevas a tus pasillos sin antorchas, entre recuerdos cubiertos de nostalgia aguda. Tus pasos, que ya no son pasos, me deslizan a la realidad incierta de tu calendario y mi alma bebe de los sueños ausentes que se guardan en baules de cartón. Me absorven historias olvidadas mientras el corazón se tiñe de granate, acogiendo las notas oscuras de cada recuerdo.


Un click. Abro los ojos.Salgo corriendo... No quiero que mi llanto dure por siempre.

martes, 20 de abril de 2010

Subconsciente consciente

A veces, sin saber el motivo, me ausento de mi misma. He decidido aceptar estos silencios interiores como propios después de luchar contra ellos... es imposible ganarse la batalla a una misma. Puede que este mundo material nos absorba más de lo que deberíamos dejarle y esta parte de mí, este subconsciente tan consciente, decide entrar en el mundo del sueño negándole la palabra a mis dedos. Cómo no puedo dominar mis idas y venidas, he pensado que, ahora que estamos todos despiertos (subconsciente incluido), aprovecharé para agradeceros vuestras idas y venidas a éste espacio y me disculpo por los días de silencio acumulados hasta la fecha y por si un caso, por aquellos que no deseo que vengan!!


Besos,

Atis.

Velas rotas





Hay velas que se rompen en la temible furia del asfalto
velas de seda desvencijada por el paso de unos años.
Hay lágrimas que caen al pozo de las esperanzas rotas
agua de mar que roza las mejillas, que quema al paso.

Hay algunas palabras que se muestran sin sentido
con la levedad que da el aire que las mece

pero al traspasar
                        de tus ojos a mis ojos,
                                            de tu boca a mi oído
se despierta la sílaba,
             enfurece al viento
                                     y se rompe el vaso.