Hay velas que se rompen en la temible furia del asfalto
velas de seda desvencijada por el paso de unos años.
Hay lágrimas que caen al pozo de las esperanzas rotas
agua de mar que roza las mejillas, que quema al paso.
Hay algunas palabras que se muestran sin sentido
con la levedad que da el aire que las mece
pero al traspasar
de tus ojos a mis ojos,
de tu boca a mi oído
se despierta la sílaba,
enfurece al viento
y se rompe el vaso.