Han leído tus labios millones de
versos
y tus ojos visto constelaciones
dormidas.
Oirás en la noche la luna silbando
Antiguas nanas que te cantó aquel
día.
No pierdas el rumbo, guerrera
que has de bordear el horizonte
henchidas velas, viento de proa
veintisiete años y un millón de
noches.
Pd: Dos años después vuelvo al desván con energías renovadas y mil palabras que contar...