Se van de madrugada a vivir el sueño
a sentir tu risa, a mirar tu cielo
se van sin ser llamadas, a cumplir deseos.
Cuelgan mis pies en el filo de la cama
con tu piel perdida entre las sábanas
me tirita la vida en la punta de los dedos
-que despiertan- al frío de la madrugada.
Se van de madrugada a vivir el sueño
a sentir tu risa, a mirar tu cielo
se van sin ser llamadas, a cumplir deseos.
Deseosas mis manos de acariciar tu pelo,
y tu sonrisa ávida de seguir sintiendo
el fragor de la cálida brisa que deja
la última luna en el sol de tu invierno.
la última luna en el sol de tu invierno.
Se van de madrugada a vivir el sueño
a sentir tu risa, a mirar tu cielo
se van sin ser llamadas, a cumplir deseos.
Y se marchan mis pies al calor del día
el cuerpo rogando en un último intento
de seguir mirando tus pestañas dormidas
vibrando como estrellas en tus ojos ajenos.