Atravesando sentidos tus ojos se cuelan
ávidos de calor del mirar fugitivo
por alguna grieta formada en el hielo
derritiendo fronteras con sumo sigilo.
Te delata el fuego, la atracción última
castigas el aire que respiro -tu aroma-,
se rinden mis ojos, atadas las manos
sedienta mi boca de sed de tu boca.
Inevitable ardor quemando mi cuerpo
es mi última voluntad tu primer deseo
doblegada la mente, olvidado tu nombre
instinto animal poseyendo el encuentro.
No buscan amor tus pupilas sedientas,
no te dan estos ojos nada más que un momento.