Y, después de todo, llegó, al final...
la trémula boca mordiendo sus labios
el sabor agridulce de no saber sentir
sensaciones latentes golpeando su mente
orgullo, deseo, temor a vivir.
Murallas baldías cayeron entonces
chocó la ola contra el huracán.
No pierde la vida el naufrago
si encuentra la isla en el fondo del mar.