Llegó despacio y tambaleante
su sueño era un as perdido
debajo de la manga.
Llegó sin rumbo, desdibujado
en su rostro el destino anunciado.
Llegó repleto de días vacíos
aún por venir.
Sus manos de heridas sangrantes
su cuerpo de huesos delgados
su casa que ya no era casa
sus días que ya no eran nada.
Dejó resbalar su mirar esquelético
en el pozo de los sin nada
y llegó errante al centro de todo
lo que quedaba:
Un corazón blando, muy blando
entre escombros de esperanza.
Dedicado a los damnificados de Haití
Imagen de El Informador.com.mx